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Estocolmo, el intenso drama psicológico dirigido por Rodrigo Sorogoyen busca ser un retrato generacional sobre lo efímero y enfermizo de las relaciones juveniles modernas
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Estocolmo es protagonizada por Aura Garrido y Javier Pereira, se proyecta en los cines mexicanos desde el pasado 5 de junio
Estocolmo (Stockholm), el segundo largometraje del director madrileño Rodrigo Sorogoyen, es un intenso drama psicológico que trastoca las convenciones del género romántico, ya que la idea que engendró su guión realizado por Sorogoyen en colaboración con Isabel Peña, parte de la idea de un juego de seducción iniciado una noche cualquiera en una fiesta.
Una fiesta, música y el cruce de miradas, el inicio de un encuentro casual en el que Él (Javier Pereira) pretende conquistar a Ella (Aura Garrido), la meta: pasar la noche con esa bella chica. Estocolmo se desliza en un juego de seducción a lo largo de una noche en la que dos extraños generar un encuentro tan espontáneo como casual.
A pesar que Ella se resiste al coqueteo de Él, ambos quedan atrapados en la conversación y deciden perderse juntos por en una ciudad que los envuelve y los atrae. Para Él este encuentro es uno más, pero para Ella significa sobrevivir la noche, unas horas que serán decisivas para su futuro. Al amanecer todo cambiará invirtiéndose así los papeles. Ahora Ella será quien desea seguir con este juego y Él ansiará desaparecer.
El minimalismo de los recursos, la atmósfera tan límpida, casi desnuda pero a la vez opresiva que predispone a la turbiedad que habita en el interior de la mente de este par de seductores, son los puntos de quiebre donde Sorogoyen sacude el romanticismo, si bien Estocolmo promete un encuentro alucinante y tal vez, el inicio de una gran historia de amor, éste tan solo es el disfraz que ha elegido el director para mostrar un intenso drama psicológico en donde la apariencia, las verdades a medias y el juego de máscaras determinan el rumbo de una historia sorpresiva en todo momento.
El trabajo interpretativo de Aura Garrido y Javier Pereira es fundamental en este “juego de seducción que se convierte en pesadilla”, definida así por el propio Rodrigo Sorogoyen ya que Estocolmo “es un película profundamente psicológica”, ha expresado el director.
Hablando sobre la génesis de Estocolmo, Sorogoyen ha compartido lo siguiente:
Lo primero que los dos guionistas quisimos escribir era la historia de un secuestro y poder introducir el padecimiento del síndrome de Estocolmo. Pero nos interesaba darle una vuelta de tuerca al tono. Queríamos una historia cotidiana, no una película de acción o policiaca. Una vez anclado el paralelismo del síndrome en la historia, lo fuimos dejando de lado para centrarnos en contar cómo un juego de seducción, sin importancia, se convertía en una verdadera pesadilla. Queríamos escribir una película fundamentalmente psicológica, donde el espectador estuviese obligado a pensar en el porqué de los actos de los personajes, y sobre todo sintiera la necesidad de posicionarse. No a favor de uno o de otro, pues no se trata de establecer juicios, sino a posicionarse en algún punto de una enorme línea con multitud de posibilidades.
Estocolmo encuentra su máxima lucidez cuando establece la paralela personalidad de la pareja, así como en la transformación de su comportamiento y acciones cuando llega el día. La impecable factura visual y técnica en la que sobresale la estupenda iluminación, la onírica fotografía y la buena selección musical que acompañan esta historia visceral, hacen de Estocolmo una película arriesgada por en sus intenciones, cuyo mérito radica en innovar la sencillez de una situación común pero no tan cotidiana.
Estocolmo llega a los cines este viernes 5 de junio gracias a la distribución de Cine CANÍBAL.
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